Organizaciones de Valladolid reclaman que no se eliminen ningún carril bus y bici

Defienden el actual modelo de movilidad y piden al equipo de gobierno que no avance “en la dirección contraria”

Organizaciones ecologistas, vecinas y educativas de Valladolid reclamaron hoy al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid que no se elimine ni un solo carril bus y bici de la ciudad, y además de defender el actual modelo de movilidad, advirtieron que derogar la ordenanza municipal que regula los carriles implantados en junio de 2020 y reducir la zona de bajas emisiones es avanzar en la “dirección contraria”.

Representantes de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, la Asamblea Ciclista de Valladolid, la asociación La Curva, la asociación Ciudad Sostenible, Ecologistas en Acción, la Federación de Asociaciones de Padres (Fapava), la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado, Greenpeace y el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza (STECyL) presentaron las sugerencias elevadas al Ayuntamiento ante la previsible derogación de la ordenanza que regula ciertos carriles bus y bici, en las que argumentan que se trata de una “medida regresiva” y perjudicial para la salud.

Estas organizaciones consideran un retroceso para la ciudad la derogación de esta ordenanza y aseguran que tendrá efectos negativos para el transporte público, para el desarrollo de modos de movilidad no contaminantes y para la calidad del aire. A su vez, también mostraron su preocupación por la posible pérdida de los fondos europeos concedidos para la mejora de la movilidad ciclista y la implantación del proyecto de zona de bajas emisiones, que podría suponer la devolución de más de seis millones de euros ya concedidos.

 

Miriam Chacón / ICAL . Ocho organizaciones vecinales, ciclistas, ecologistas y sindicatos explican las sugerencias presentadas a la consulta pública previa para la derogación de la ordenanza municipal para establecer determinados carriles bici y carriles bus-taxi en Valladolid.

 

Desde Ecologistas en Acción, Carme Duce considera que la eliminación de los 11 kilómetros de carriles bus y los 25 de carriles bici que plantea supondría un “impacto notorio sobre el aumento del tráfico rodado, la calidad del aire y la contaminación acústica”. En este sentido, hizo referencia a un estudio de la Universidad Carlos III en el que se cifra por encima de las 200 personas las que fallecieron el pasado año en la ciudad por enfermedades relacionadas con la calidad del aire en nuestra ciudad.

Por su parte, desde Fapava se argumentó que la supresión de la ordenanza es contraria a las reclamación que viene planteando la asociación y que están relacionadas con la consecución de entornos escolares más seguros que puedan incentivar la autonomía infantil.

En la misma línea se pronunció Margarita García, representante de la Federación de Asociaciones Vecinales “Antonio Machado”, que explicó que la actual ordenanza ha mejorado la rapidez del transporte público, a la vez que advirtió que la instalación de más carriles “no significa una mayor fluidez en el tráfico”. Además, planteó que se pueden realizar modificaciones puntuales, como la realizada en el cruce de Isabel la Católica, donde ya se hizo una intervención con el desvío del carril bici y la implementación de un segundo carril que aliviara el tráfico proveniente de Doctrinos.

Para García la eliminación de carriles bus y bici tendrá un efecto llamada al uso del transporte privado y supondrá un retroceso en el objetivo de lograr una ciudad más sostenible en el que los peatones ganen más espacios.

 

“Documento pobre”

Mientras tanto, el portavoz del Movimiento Ciudad Sostenible, Jose Luis Sáinz Guerra, criticó que la consulta realizada por el Ayuntamiento sobre la derogación de la ordenanza municipal es un “documento pobre, sin motivos y que no hace referencia a los efectos”. Además, reclamó que el Ayuntamiento ponga los mecanismo para elaborar un plan movilidad “claro y bien explicado”, en el que se establezcan medidas, plazo y objetivos. También lamentó que esta decisión este provocada por lo que definió como “cultura de la derogación”. “No tiene sentido plantear una derogación de una ordenanza municipal sin presentar un plan de movilidad previamente”, sentenció.

Desde estos colectivos se solicita al equipo de gobierno que reconsidere su propuesta de derogación, y muestre un claro compromiso por la lucha contra el cambio climático y por la mejora de la calidad del aire en Valladolid.

Por último, también rechazaron el desvío del actual carril bici del Paseo Isabel la Católica hacia los jardines de La Rosaleda, ya que supone más presión para el peatón y perjudica al sistema de préstamo de bicicletas Biki.

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